Cuenta la increíble historia y la fantástica evolución de Bella Baxter, una joven revivida por el brillante y poco ortodoxo científico Dr. Godwin Baxter. Bajo la protección de Baxter, Bella está ansiosa por aprender. Hambrienta de la mundanidad que le falta, Bella se escapa con Duncan Wedderburn, un sofisticado y perverso abogado, en una aventura vertiginosa a través de los continentes. Libre de los prejuicios de su época, Bella se vuelve firme en su propósito de defender la igualdad y la liberación.
En ocasiones cuesta trabajo asimilar aquella máxima, y tan cinematográfica, de que la belleza está en el interior. Es difícil crear y simular la fealdad, la monstruosidad, la aberración por parte de actores tan carismáticos y a la vez conocidos por su gran diversidad de interpretaciones, como puede ser el caso de Emma Stone, Mark Ruffalo y Willem Dafoe. Pero todavía es más complicado, a modo de rizar el rizo, cuando el espectador asimila tales rarezas de la historia que se proyecta en la gran pantalla, y que de ahí pueda nacer un brote de extraño encanto en forma de genialidad.
Yorgos Lanthimos es uno de esos directores que saben no dejarte a medias en tu butaca. Vaya por delante que el director de ‘La favorita’, ‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ o ‘Langosta’ nunca busca la indiferencia en su público, para quien no conozca algún relato de su obra. Se implica, por lo general, tanto en el guion como en la producción para obtener un resultado dirigido con mucho mimo y extremo cuidado. Aunque para esta ocasión deja el libreto en manos de Tony MacNamara (’Cruella’, ‘La favorita’), basado en la novela fantástica del escocés Alasdair Gray.
Entremedias, Emma Stone (protagonista de estas dos últimas citadas, ‘La ciudad de las estrellas. La La Land’, ‘Criadas y señoras’), además de una interpretación ruda, primigenia, básica y excelente para el papel que le corresponde (aunque evoluciona a lo largo del metraje), se añade a esta compleja producción.
Willem Dafoe (‘El faro’, ‘Van Gogh, a las puertas de la eternidad’, ‘The Florida Proyect’), juega y retuerce a su gusto el rol de un cirujano de época sin sentimientos (lo cual no es nada malo para no interferir en sus avances científicos). Un traje hecho a medida dotado de gran cinismo y voluntad… bueno además de paciencia por las prótesis y maquillaje que luce.
Y Mark Ruffalo (‘Spotlight’, ‘Foxcatcher’, saga de ‘Los Vengadores’), quien se divierte como un abogado oportunista, bandeando entre el hedonismo y la ñoñería del berrinche por no tener lo que desea. Están los tres fabulosos rodeados de un gran elenco actoral.
Gran angular, ojos de pez y todos los recursos de cámara a los que nos tiene acostumbrado su director. Colores chillones, blanco y negro, defile de tonalidades. Decorados, vestuarios, maquillaje, prótesis mil. Música que va aprendiendo la partitura en paralelo a la protagonista, desde aporrear los instrumentos hasta la creación de una bella melodía. Técnicamente inquietante, artísticamente atractiva, argumentalmente repulsiva… Resultado: algo único, y una narración impecable con un regusto admirable.
¿Se podía contar la historia de otra manera…? Pues igual sí, pero su efecto no sería el mismo, es evidente.
Yorgos Lanthimos experimenta con la vida hasta extirpar la sensibilidad. Te tira por un creativo viaje visual desde la fantasía e imaginería más monstruosa, cayendo en un precipicio interpretativo sin precedentes en manos de la Stone. Y por último consigue que aflore el asombro hasta dejarnos sin sentimientos encontrados con una apoteósica respuesta final. Una montaña rusa de emociones que no deja a nadie sin sorprender en este cuento barroco magistral.
Lo mejor: la brutal, sí y nunca mejor traído como adjetivo, sorpresa visual e interpretativa con un argumento que no te deja en absoluto indiferente.
Lo peor: que le sobran unos minutos de más en los que cuando estás a punto de saturarte descubres la maestría del relato.
Comentarios
Post relacionados
