Adonis Johnson no llegó a conocer a su padre, el campeón del mundo de los pesos pesados Apollo Creed, que falleció antes de que él naciera. Sin embargo, nadie puede negar que lleva el boxeo en la sangre, por lo que pone rumbo a Filadelfia, el lugar en el que se celebró el legendario combate entre su padre y Rocky Balboa. Una vez allí, Adonis busca a Rocky y le pide que sea su entrenador. A pesar de que este insiste en que ya ha dejado ese mundo para siempre, Rocky ve en Adonis la fuerza y determinación que tenía su enconado rival, y que terminó por convertirse en su mejor amigo. Finalmente, acepta entrenarle a pesar de estar librando su propio combate contra un rival más letal que cualquiera a los que se enfrentó en el cuadrilátero.
Cuando se menciona el nombre de Rocky, cualquier aficionado al cine recuerda a Sylvester Stallone subiendo las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia como una celebración, que ilustra la lucha perpetua de un hombre corriente hecho a sí mismo, que desde la nada alcanza la cima de uno de los deportes más peligrosos, cumpliendo el sueño americano no desprovisto de golpes del rival más implacable que existe: la vida.
Tras deambular por terrenos más rocambolescos (pero siempre divertidos y épicos), en las entregas II,III,IV y V, Stallone volvió a los orígenes con la estimable ‘Rocky Balboa’, donde el drama humano de la primera entrega eclipsó los golpes del cuadrilátero.
Por la misma senda disfrutamos de ‘Creed. La leyenda de Rocky’.
El director y guionista Ryan Coogler no sólo insufla nuevos aires a la franquicia respetando su esencia, sino que explota hasta el máximo la presencia del púgil convertido en leyenda, que vive la vejez entre recuerdos arrepentidos y añoranzas de días mejores.
Coogler consigue que Sylvester Stallone avive un Rocky crepuscular en la interpretación más sincera, desnuda y humana del personaje que conoce como la palma de su mano.
El abuelito Balboa es más que un Mentor que extraerá lo mejor del joven Adonis Johnson en su huida de la alargada sombra de su padre: es un hombre lleno de cicatrices, terrenal, destrozado por años de forzar los límites, pero dispuesto a reafirmar su leyenda y afrontar, de paso, un último y crucial combate.
Michael B. Jordan recupera el crédito tras el patinazo de ‘Los cuatro fantásticos’; su Adonis da la réplica al soberbio Stallone, tirando de carisma y naturalidad, abriendo camino a nuevos aires para la franquicia.
El combate no se termina hasta que uno de los contrincantes cae.
La historia del potro italiano ha estado tocada, muy tocada, pero ‘Creed’ demuestra que, ni de lejos, ha dado con sus huesos en la lona.
Lo mejor: la descarnada interpretación de Sylvester Stallone.
Lo peor: algunos lugares comunes evidentes, al parecer imposibles de sortear.
Y ahora, puntuemos ¿cuales son las mejores peleas de Rocky en el cuadrilátero? Nuestros amigos de Paramount Channel ¡os lo cuentan!