En 1895, los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo y dirigieron algunas de las primeras películas de la historia del cine. Narrado por Thierry Frémaux, la película ofrece una selección de 108 películas restauradas que nos muestran un viaje a los orígenes del cine. Una mirada única sobre el mundo que inaugura el siglo XX.
Thierry Frémaux es el actual director del Instituto Lumière en Lyon y delegado general del prestigioso Festival de Cannes. Dos honorables circunstancias que unidas a su pasión y amor hacia el séptimo arte, han contribuido a la restauración y divulgación de este magnífico documental ‘¡Lumière! Comienza la aventura’. Una selección de 108 películas de los inicios del cinematógrafo a manos de los hermanos Lumière, más una pieza extra como homenaje por parte del siempre involucrado Martin Scorsese.
La parte documental se ciñe principalmente a la narrativa del propio Frémaux que acompaña la visualización encadenada de estas magníficas joyas del cine. Respetando por completo el formato original, la única diferencia con las proyecciones de la época reside en la banda sonora que incluye los comentarios y música con que se acompaña todo este conjunto de espléndidas piezas de 50 segundos.
Podemos disfrutar de estos inicios de la imagen en movimiento como si apreciáramos auténticas joyas de arte en un museo del cinematógrafo, con las diferentes filmaciones de la salida de los obreros de la fábrica de los propios Lumière, la llegada del tren a Ciotat, o los inicios de la comedia gracias a las propuestas infalibles de versiones como las del «regador regado». Y por supuesto, las primeras actuaciones filmadas desde los primeros aficionados a los profesionales más obstinados de aquella época. Además de repasar técnicas básicas como composición, encuadre, perspectiva y cámara en movimiento.
En este viaje se narra la invención del cinematógrafo por parte de los hermanos Auguste y Louis, hijos de fotógrafo Antoine Lumière, y lo que supuso en el espectador de la época la incorporación de este nuevo arte en la vida social.
A partir de aquí, podemos descubrir el inicio de algunos géneros cinematográficos inspirados en las estampas costumbristas de la época: la familia, los motivos domésticos y retratos de la clase trabajadora, haciendo hincapié en las escenas de diversión, pues se trata ya de cine comercial para disfrutar en salas.
Y otro de los principales géneros más importantes fue el de los viajes. Bajo el lema de «ofrecer al mundo el mundo» en imágenes, el equipo de operadores de cámara de los Lumière (Promio, Girel, Veyre, entre otros), recogen instantáneas en movimiento de los rincones más inhóspitos -por aquel entonces- para llevarlas a las retinas de los espectadores.
‘¡Lumière! Comienza la aventura’ es una selección de piezas de incalculable valor por significar un magnífico tesoro documental de la época para toda la humanidad. Están perfectamente restauradas y conservadas para deleite de cualquier persona cinéfila o no que quiera disfrutar de los orígenes del cine. Son 108 películas de las 1422 que se custodian en el recuperado Castillo de la Luz, actual Instituto Lumière, lo que supone una selección privilegiada del extraordinario legado que tutela dicha institución.
Oportunidades así son únicas para gozar en la gran pantalla.