La primera vez que Dios perdió la fe en la humanidad envió un diluvio. La segunda, enviará ángeles. Dios se ha cansado de la raza humana y ha decidido exterminarla por completo. En mitad del desierto de Mojave reside nuestra única oportunidad del salvarnos: una chica que está a punto de dar a luz al único que puede acabar con todo ésto. Un ex-ángel llamado Michael será la única ayuda que reciban.
Buf. Madre mía. Que desaguisado, en serio. Es un film que busca simple y llanamente entretener, pero es que cuando se mete en faena no es nisiquiera una décima parte de lo entretenida que supuestamente debería de ser. Y claro, eso hace que estés obligado a mirar el guión.
El «guión».
Díce la real academia de la lengua que «El Guión Cinematográfico» es un documento de producción, en el que se expone el contenido de una obra cinematográfica con los detalles necesarios para su realización. Dicho esto queda suficientemente claro que el guión de esta película se lo comió el perro del productor y, probablemente, con lo que sobró se decidió hacer la película.
Partimos de la base de que nuestra salvación depende de una embarazada (no conocemos al padre, NI SE LE NOMBRA), sabemos que la susodicha le gusta a un pardillo que hace sus pinitos de evanista para emular a (¿¿a que no sabéis a quién??) ¡A San José! ¡ooooh! ¡qué guión tan trabajado! Sigamos.
Los ángeles invaden la tierra. Unos ángeles dispuesto a decir palabrotas, meter de leches a todo aquel que se menea y que se pueden meter en la piel de cualquier ser humano. Punto número 1: No se que concepto de «ángeles» tiene el señor director (Scott Stewart: experto en Efectos especiales, otro punto fatídico del film) pero desde luego que no es el que todo el mundo tiene en mente creo yo. Punto número 2… si estos ángeles se pueden meter en la piel de cualquiera, ¿por qué se meten en el de una abuelilla o en el cuerpo de un heladero y no, por ejemplo, en el de un luchador de Wrestling? Sigamos.
Tenemos la suerte de que uno de los ángeles de Dios se niega a cumplir su voluntad. Resulta ser uno de los que cortan el bacalao, algo así como un «Terminator Celestial» que quizás, sin duda, sea lo mejor de la película. El esfuerzo de Paul Bettany por intentar meternos en el film es encomiable. Pero esto no lo salva de la hoguera ni Dios.
No hace falta añadir que el guión nos presenta unos personajes, los cuales irán cayendo como moscas en un orden normal, sin sorpresas, y lo más alucinante es que algunos desaparecen de golpe al estar maleridos para aparecer justo después.
Por ahí está el pobre Dennis Quaid, que si bien era muy salvable de GI JOE aquí el hombre está que no esta (pasamos por alto el hecho de que su personaje se empeñe en abrir una cafetería en mitad del maldito desierto… ¡que hombre tan visionario!). Encima el peinado de palurdo de pueblo le ayuda poco. Va acompañado de su mejor amigo, manco y de raza negra al que todos sabemos lo que le va a ocurrir. Además hay otro hombre de raza negra en la cafetería al que también sabemos lo que le va a ocurrir. Luego está el pivón de turno del que esperamos al menos una alegría visual pero que simplemente está de relleno. Y Kevin Durand que también es de lo más salvable.
Es que incluso cuando se pone en acción, es decir, dejan los personajes de escupir frases sin sentido y empiezan las peleas y los puñetazos y las explosiones es mala malona. ¡¡No tiene el menor sentido!! ¡Los personajes tienen munición ilimitada! ¡los ángeles son absolutamente IDIOTAS! ¡Los efectos especiales son… (no se me ocurre un calificativo molón)!
Con un final en plan «lo hemos petao, vamos a hacer una secuela» termina LEGION, una abominación de película. Tiene sus puntos por que el trailer llamaba la atención. Ahora estirad el trailer una hora y media más y no hay por donde cogerla. Una rotunda decepción.
Crítica Film AffinityLa Opinión en Jose Luís Serrano