Ambientada en la década de 1990, Carol Danvers se convierte en una de las heroínas más poderosas del universo cuando la tierra se ve atrapada en medio de una guerra galáctica entre dos razas alienígenas.
Uno de los momentos más emotivos que nos deja el legado de estos más de diez años del Universo Cinematográfico Marvel (UCM) es la ovación unánime con que la crítica ha aplaudido el carisma del recién fallecido Stan Lee. La fanfarria inicial y la modificación de la presentación de la compañía en la penúltima película de la tercera fase sirven para rendir el homenaje debido al precursor de este imperio. En noviembre del año pasado falleció el editor de novelas gráficas más influyente de la historia, quien mantiene en la presente aventura su penúltimo cameo. Y desde estas presentes palabras nos sumamos al respeto de su memoria.
Los caminos de los cómics son inescrutables. Los personajes pueden nacer en una editorial pequeña y ser rápidamente clonados antes de su registro por otras más espabiladas. Vienen los juicios y las demandas por la utilización de nombres, superhéroes y superpoderes. Se llegan a acuerdos por los derechos, se publican unos cuantos volúmenes y, dependiendo del interés de los lectores, sufren modificaciones, mutaciones, muertes, o incluso pueden quedar relegados al limbo de las estanterías. Hasta que surge una trama diferente, y con la gracia de una nueva pluma y unos cuantos colores renacen, recuperando la esencia y el interés por el personaje en busca de insólitas aventuras. Pueden servir de muestras cómo el Capitán Marvel destronó a Shazam, o la metamorfosis de Miss a Capitana.
Uno de esos ejemplos, en los que nos perdemos en el entramado sus diferentes orígenes según el pincel o la época en que esté dibujado, es ‘Capitana Marvel’.
Pero en el caso de la película dirigida por la pareja formada por Anna Boden y Ryan Fleck (‘La última apuesta’, ‘Una historia casi divertida’, ‘Sugar’), parece centrar su atención en lo principal: en crear una protagonista femenina muy solvente e introducirla con precisión en el entramado del UCM. Y lo logran con creces. Ambos guionizan junto a Geneva Robertson-Dworet (artífice de la nueva adaptación de ‘Tomb Raider’), la historia en la que también han participado con Nicole Perlman ‘Guardianes de la galaxia’, ‘Pokémon Detective Pikachu’) y con Meg LeFauve (‘El viaje de Arlo’, ‘Del revés (Inside Out)’). Como resultado han creado a la superheroína más poderosa para poner las cosas en orden de cara a la conclusión de esta fase cinematográfica, y que sirva de enlace con la siguiente.
‘Capitana Marvel’ cuenta una versión sobre los orígenes de Carol Danvers de manera suficientemente difusa como para que tenga sus réplicas en sucesivos capítulos, pero sumamente satisfactoria en cuanto a resultado. Brie Larson (‘La habitación’, ‘El castillo de cristal’, ‘Las vidas de Grace’), da vida y se enfunda con fortuna en cada uno de los trajes con los que desfila por la película, haciendo que el espectador se pregunte el porqué no habrá aparecido antes. Es una exquisita mezcla en versión femenina entre la personalidad de Steve Rogers con cierto toque del humor de Peter Quill. Pero infinitamente poderosa. La amnesia de la protagonista sirve para ir descubriendo su identidad y sus posibilidades en un latente mundo de superhéroes emergentes.
Ambientada en los 90, aprovecha para describir los orígenes de leyendas como Nick Fury (excelente y rejuvenecidísimo Samuel L. Jackson), y los primeros pasos por crear el grupo de Los Vengadores. Jude Law muy eficaz, Anette Bening inmejorable y Ben Mendelson disfrazadísimo, acompañan a la aventurera galáctica en la que no faltan otros personajes conocidos de anteriores entregas.
‘Capitana Marvel’ contiene magníficas dosis de trepidante acción y aventuras, muy buen humor, efectos visuales inmejorables, y una banda sonora muy destacable a cargo de la desconocida compositora Pinar Toprak. Puede tener sus lagunas, sus enrevesadas conexiones con el resto del Universo de Marvel, pero funciona a las mil maravillas. Habla de la amistad, de la pasión y aprender a levantarnos cada vez que caemos, y de poner las cosas en su sitio.
A pesar de estar enfocada en su principal personaje femenino (cuando actualmente estamos en una época ya de protagonistas y tramas colectivas), ella se incorpora con soltura a lo que ya hay y ha de venir, con un papel que ya hubieran deseado la Viuda Negra, Gamora o la Bruja Escarlata para sí, y produciendo sensaciones muy similares a lo que supuso en su momento la incorporación de Guardianes a este mismo Universo. Si Wakanda pudo estar nominada a la categoría de mejor película, ‘Capitana Marvel’ no tiene nada, pero nada, que envidiar.
Lo mejor: Brie Larson y su traje a medida de la Capitana Marvel, ese toque de nostalgia y la totalidad de la película. Sin olvidar el magnífico efecto de lifting para algún que otro actor.
Lo peor: la trama que pueda estar supeditada a próximas entregas, como viene demostrando la compañía con cada uno de sus capítulos.