Olive era una don nadie, la típica joven norteamericana que pasa desapercibida por el Instituto. Cuando su popular amiga cuenta un bulo que ella misma había contado sobre como perdió su virginidad, todo el mundo comienza a hablar de ella. La situación comienza a írsele de las manos poco a poco y comienza a ser considerada un pendón.
De vez en cuando surge, en la taquilla americana un fenómeno difícilmente explicable que acumula millones y millones, recibe cierto respaldo de la crítica y del público y se cuela en las carteleras de medio mundo para acabar muriendo ahí. Me vienen a la mente películas como CHICAS MALAS o MI GRAN BODA GRIEGA que comparten el estilo y forma de RUMORES Y MENTIRAS.
Entregada al papel, sabeedora de que está ante una oportunidad de convertirse en una gran estrella tenemos a Emma Stone, que aguanta estoicamente el papel principal del film. Vamos a tenerla en el 90% de los planos del film así que ya os puede caer bien la suso dicha por que sino no aguantaréis la cinta.
Thomas Haden Church o Stanley Tucci están por ahí para dale cierto sentido a todo esto. Y están por ahí pero por supuesto no interpretan ningún papel: hacen de ellos mismos. Ambos le ponen oficio y poco más, por que el personaje principal y el que parece que es el único que debe importarnos es el de Olive.
Y a pesar de que intenta huir de los topicazos propios del género de la comedia adolescente, acaba cayendo en todos. Uno tras otro. Solo un par de golpes buenos arrancan la sonrisa del espectador que, si por entonces no se ha dormido quizás la salve de la quema.
¿Hay algo que la haga distinta a cualquier otra? Nada. Su guión tiene poco mordiente y no se me ocurre nada que no se haya visto en otras peliculas. Es el típico film de relleno de cartelera. Durará un par de semanas en cartel, lejos de su recorrido americano.
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