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‘Quiero comerme tu páncreas’, amigos hasta la muerte… y más allá

Esta es la historia de una chica con una enfermedad pancreática terminal, un chico que le guarda el secreto y una relación que todavía no tiene nombre…

Los amantes del anime japonés tienen cada vez más satisfechas sus inquietudes al presenciar como son tanto numerosas como cercanas, en el tiempo, las películas de este género que ven la luz en las grandes salas cinematográficas. Títulos similares al presente, ‘Your name’, ‘Fireworks’, o ‘A silent voice’, han logrado estrenarse en cine con gran éxito por parte del público, aunque hay muchas otras producciones que solo llegan a distribuirse por el canal doméstico. El impulso de Selecta Visión por distribuir estas magníficas obras que hablan desde la juventud en un idioma universal, es muy de agradecer.

Bajo este ostentoso y nada escatológico título no se esconde leyenda urbana alguna sobre canibalismo visceral, sino una preciosa historia de amistad entre dos adolescentes singulares. Esta adaptación cinematográfica de la novela gráfica de Yoru Sumino es una verdadera joya animada para todos los sentidos en el ánimo del espectador.

‘Quiero comerme tu páncreas’ es el primer largometraje de su director y guionista Shin’ichirô Ushijima, en la que dos jóvenes compañeros de clase establecen un hermoso vínculo de amistad gracias al diario titulado “Cómo convivir con la enfermedad”. Desde el presente, el protagonista rememora su último año y los primeros encuentros con ella, quien le hace mantener su promesa de no compartir con nadie más el secreto de su padecimiento.

En la cultura popular japonesa -y en muchas otras-, se mantiene la creencia de que comidas a base de hígados, corazón, mollejas y páncreas, entre otros, de animales, sirve para la curación y restitución de tales dolencias en humanos. Aquí, incluso se bromea con el hecho de comer vísceras como si se tratase de una simulación canibalismo del alma… pero no va más allá, no trata de eso.

Ambos protagonistas son un ejemplo de polos opuestos. Ella, una chica decidida y entusiasmada con la vida, un tanto alocada, risueña y con mucha personalidad, que se propone forzar la amistad para hacer feliz a la gente que le rodea. Él es un tanto introvertido y distante, con una imaginación más preocupada por lo que los demás puedan pensar de sí mismo y que se refugia en los libros para no tener que afrontar su supuesta realidad.

En ese tiempo, la joven, en plena juventud y con tantas experiencias por descubrir, quiere cumplir con la lista de cosas para hacer antes de morir; mientras él, bastante incrédulo, se deja llevar abstraído en su mundo apartado y pasivo.

‘Quiero comerme tu páncreas’ es un drama romántico de bello espíritu que deja un excelente sabor de amistad. Influido por el relato breve de Saint-Exupéry, “El principito” aboga por un “carpe diem” vital, como si de una explosión de virtuosos fuegos artificiales se tratase. Sus imágenes son bellas, detallistas y meticulosas, repletas de comunicación no verbal, creando una sincera relación entre sus personajes. Está plagada de simbólicos paisajes de cerezos que florecen en el momento único y más adecuado de la vida para descubrir el verdadero amor de la amistad. Al igual que sabe aprovechar las metáforas de esos excitantes viajes en tren para disfrutar del tiempo del que disponemos.

‘Quiero comerme tu páncreas’ es un canto a la vida. Ensalza ese efecto boomerang de cosas buenas que se hacen por quienes nos rodean, y que al final tienen su recompensa en nuestros propios ánimos, invitando a que “estar viva es conectar tu corazón con el de los demás”.

Para quienes deseen disfrutarla en toda su plenitud, se recomienda paciencia y aguardar al final de los títulos de crédito mientras se escucha su canción principal (sí, es la costumbre de este tipo de animación japonesa), ya que el argumento continúa dejando un magnífico sabor emocional. Una preciosa historia sobre el verdadero valor de la amistad

Lo mejor: esa agradable sensación de levantar el ánimo que te deja en todo momento.

Lo peor: ese dolor terrible que pretende enmascarar.

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