Que Jack Black es un actor sin recorrido es algo que no debería sorprender a nadie. Sus apariciones ( salvo en contadas excepciones como «King Kong «, » Vacaciones « o » Rebobine, por favor « ) cinematográficas en comedias de medio pelo, revelan un cómico dispuesto a mirarse permanentemente el ombligo.
«Los Viajes de Gulliver», lamentablemente, no será la excepción que confirme la regla. La película » dirigida « por Rob Letterman ( cineasta que se limita a poner en imágenes las chorradas de Black, sin atisbo alguno de personalidad ) reduce a la mínima expresión adaptativa la afamada Novela de Jonathan Swift, cargándose de un plumazo la esencia de la misma, y fracasando con tremendo estrépito en su intención de darle un aire contemporáneo al legendario texto.
No hay nada más allá de la estimable factura del producto. Los personajes que pueblan el filme son un montón de clichés andantes que no sobrepasan, en ningún caso, la planicie de unas poses una y mil veces vistas en comedias de mayor calado. No queda nada para el espectador, cuya única forma de disfrutar esta película en lo más mínimo es considerarla una amalgama de sketches para mayor gloria de Jack Black.
El cómico está encantado consigo mismo, pasa total y enérgicamente de atribuir cualquier rasgo propio a su Gulliver, convirtiéndolo simplemente en una historia donde Jack Black naufraga en una tierra plagada de Gnomos parlantes.
Ni siquiera el estimable 3-d le salva de la quema, ya que el humo no deja de ser humo aunque uno pueda verlo en tres dimensiones. Si quieren entretenerse sin pretensiones durante estas fiestas, lo mejor es que se sumerjan en las tierras de Narnia o contemplen la química entre la Jolie y el señor Depp.
No hay nada para una mente mínimamente despierta ( tanto de niño como de adulto ) en este Lilliput de baratillo, salvo la constatación del hecho de que Jack Black solo parece un actor cuando se le ata muy, muy corto.Web Oficial de la Película
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