La historia es bien conocida… Athos, Porthos y Aramis, tres guerreros de élite que sirven al rey de Francia como sus mejores mosqueteros. Tras descubrir una malévola conspiración para derrocar al rey, los mosqueteros se cruzan con D’Artagnan, un joven que aspira a convertirse en héroe y lo toman bajo su tutela. Los cuatro emprenden una peligrosa misión para frustrar el complot que amenaza no sólo a la Corona de Francia, sino también al futuro de Europa.
Nace con la idea de ser una adaptación actualizada de la novela homónima de Alejandro Dumas. Pero hay un momento del film en el que si te preguntas «¿Eso es un barco volando?»… estás muerto. Muerto porque Paul W.S. Anderson ha pedido un resumen exprés del clásico de Dumas para llevarlo a la gran pantalla, pasándose por las narices cualquier ápice de historia, cualquier…
Pero ¡eh! Si no te haces esa pregunta estás vivo. Podrás ver lo que realmente Anderson quiere que veas: la pirotecnia, el desfase, las logradas peleas coreografiadas y un espectáculo bastante más digno que lo que sus primeros cinco minutos parecían dejar entrever.
Por ahí están los actores, bastante bien en general (si pensamos que ninguno profundiza lo más mínimo en su personaje y todos se ciñen al espectáculo). Nos quedamos quizás, con más ganas de Mikkelsen, actor que es santo de mi devoción y que pensé que tendría un papel un pelín más relevante. Pero Anderson sigue pensando que Jovovich es el alma de la fiesta. Así que a correr.
Así que tenéis dos opciones. Si pensáis no os gustará lo más mínimo. Os haréis una pregunta detrás de otra y corréis el riesgo de haceroslas en más de una ocasión. En cambio, si optáis por el espectáculo estáis salvados amigos. Vive la France.
Lo Mejor: Visualmente atrayente, intenta hacer que olvides sus innumerables defectos.
Lo Peor: Ese inicio matador, que parece que vamos a ver una película mucho peor.