En octubre de 1990, Joe “Deke” Deacon, el sheriff adjunto del condado de Kern, es enviado a Los Ángeles para lo que debería haber sido una tarea rápida de recopilación de pruebas. Pero Deke se ve envuelto en la búsqueda de un asesino en serie que aterroriza a la ciudad. El sargento del Departamento del Sheriff de Los Ángeles Jim Baxter se encarga de dirigir la búsqueda del asesino. Impresionado con el instinto policial de Deke, consigue que colabore con él aunque no por el canal oficial.
A la hora de confeccionar un buen argumento sobre una película de suspense, un thriller de policías persiguiendo contrarreloj a asesinos en serie, es necesario jugar con el ingenio y el intelecto del espectador. Conducir la narración hasta cimas insospechadas, pero dejando a su debido tiempo miguitas para poder ejercitar labores detectivescas desde la misma butaca. Una conclusión precipitada, sacarse cartas falsas de la manga, u otras incoherencias narrativas en el guión, pueden llevar al traste cualquier buena intención. Estos “pequeños detalles” bien cuidados pueden crear historias magníficas que perduran a lo largo de los años. O por el contrario, crear una ilusoria trama que se desinfla a medida que pierde la lógica con la que el público la está sintiendo. Ejemplos destacables hay muchos: ‘Seven’, ‘El silencio de los corderos’, ‘Zodiac’, ‘Psicosis’, cualquiera de los casos del Departamento Q… y seguro que cada cual tiene unos cuantos en la memoria.
John Lee Hancock (‘El fundador’, ‘Al encuentro de Mr. Banks’, ‘The Blind Side. Un sueño posible’), su director y guionista, escribió esta historia hace 30 años. Justo un poco antes de que comenzase su carrera cinematográfica. Y como tal decidió ambientarla en esa misma época. Aunque parece que sus mejores éxitos provienen de las biografías citadas. Con ‘Pequeños detalles’ realiza una excelente producción, obtiene geniales actuaciones, aunque su discurso queda un poco rezagado en lo que a dicho género se refiere.
Sus tres oscarizadas estrellas son más que suficiente garantía interpretativa. Denzel Washington (‘Fences’, ‘Malcolm X’, ‘Tiempos de gloria’), es un sheriff exiliado de la gran metrópoli. Lejos del mundanal ruido ha ido perdiendo por el camino profesional gran parte de la vida personal. Un policía de los que saben más por viejo que por diablo. Y que ahora vuelve a su pasado.
Rami Malek (‘Sin tiempo para morir’, ‘Papillon’, y lo siento pero todavía le sigo viendo como el Freddie Mercury de ‘Bohemian Rhapsody’), es el joven exitoso inspector y sustituto de Deke en Los Ángeles, persiguiendo a un asesino en serie cortado por el mismo patrón que los casos de su predecesor cinco años atrás. En su colaboración mutua, tal palo y astilla parecen proceder del mismo tronco policial. El ángel de la guardia en busca de justicia porque se lo debe a las víctimas. Detalles que importan y entierran en sí mismos.
Y Jared Leto (‘Blade Runner 2049’, ‘La Liga de la Justicia’, ‘Dallas Buyers Club’), aprovechando sus recursos para desarrollar el papel de un depravado psicópata en el punto de mira de la investigación. Sucio, inteligente y escurridizo.
Los tres aprovechan la dualidad de su carisma para mantenernos en vilo hacia el bien y el mal, lo correcto y lo erróneo, entre la vida y la muerte, escenificando un especial y curioso juego del gato y ratón. “Pico y pala, no nos queda otra”.
John Lee Hancock consigue un relato de intrigas, fascinante y con un tempo muy adecuado. No termina de acertar con la perspectiva, el punto de vista que adopta y las trampas que conlleva.
Cuenta con una excelente fotografía y ambientación de la época, a cargo de John Schwartzman y de Michael Corenblith respectivamente. Y la música de Thomas Newman. Los tres habituales en la filmografía del director.
‘Pequeños detalles’, es una interesante obra sobre la investigación y persecución de asesinatos en serie, depredadores nocturnos y agresores sexuales. Una morbosa relación entre policías y víctimas. Y la dificultad de mantener el tipo en dicha labor profesional. Muy interesante a la par que olvidadiza.
Lo mejor: las actuaciones de sus tres protagonistas, y la esmerada producción que se transmite en sus cuidadas imágenes.
Lo peor: lástima que no utiliza una óptica del todo acertada en su línea argumental, pues con los recursos con los que cuenta podría tener sitio propio en el género.