En ocasiones, la persona en la que nadie repara es la más peligrosa de todas. Hutch Mansell es un padre de familia que aguanta con resignación y sin defenderse los golpes de la vida. Un don nadie. Una noche, cuando dos ladrones entran en su casa, Hutch decide no actuar y no trata de defenderse ni a él mismo ni a su familia, convencido de que solo así evitará una escalada de violencia. Tras el ataque, su hijo adolescente Blake no oculta su decepción, y su esposa Becca se aleja todavía más.
La inmensa mayoría de los mortales pasamos por la vida de una manera bastante desapercibida. No solemos acumular millones generados de las ventas on line. Ni diseñamos sistemas informáticos capaces de recopilar mensajes personales del resto mientras se acumula cantidad ingente de datos voluntariamente entregados. Tampoco tenemos cadenas de supermercados, grandes almacenes, o tiendas internacionales de cualquier índole. No.
Sacamos nuestra basura al contenedor cuando nos lo permiten, procuramos reciclar, y hacemos nuestra colada. También procuramos disfrutar de ver un apetecible episodio cuando lo permite el cansancio, y si llegamos a fin de mes hasta nos permitimos ir al cine y tomar algo… de vez en cuando.
Por eso el público se siente extremadamente identificado cuando una persona tan normal y corriente, da un vuelco a su vida para tomar las riendas y plantar cara con decisión a los problemas de cualquier índole. Son cercanos. Tienen familia a la que aguantan a diario, y su vida está repleta de monotonía como la de cualquier ser mundano.
El guionista Derek Kolstad ha sobrepasado a su legendario personaje ‘John Wick’ por un don nadie mucho más asequible. Y con él ha construido un western urbano. El forajido anónimo y aburrido en busca de venganza. Una espoleta invisible capaz de generar el caos a cualquier instancia. Aunque también ha hecho trampa. Juega con lo que no se cuenta… al menos de modo lineal.
Y para ello ha depositado su total confianza en la experiencia del músico y cineasta ruso Ilya Naishuller quien, tras saltar del mundo del videoclip, dirige su primer largometraje. Una acertadísima decisión. El resultado lo formula alguno de sus protagonistas: “un pelín excesivo, pero soberbio”, nada más propicio.
La elección de su personaje principal es decisiva. La imagen del famoso abogado y ex-estafador de la precuela televisiva ‘Better Call Saul’, Bob Odenkirk (‘Mujercitas’, ‘Nebraska’), se convierte aquí en la de un vecino de lo más normal y corriente. Es el cabeza de familia engullido por el día a día. Con problemas de pareja, falta de autoridad ante sus hijos, y sin aliciente para cambiar su normalidad repetitiva. Está genial, y lo borda, haciendo de alguien como tú o como yo, y además de su alter ego.
Le acompañan en esta aventura Aleksey Serebryakov, Connie Nielsen, Michael Ironside, RZA, y Christopher Lloyd, entre otros.
La música está tratada como si fuera más allá que cualquier personaje. Habla por sí sola. Narra la aventura. Y lo mejor es que son temas conocidos de toda la vida, perfectamente engarzados en una trama que cuenta una historia de venganza. “Don’t Let Me Be Misunderstood” de Nina Simone, “What a Wonderful World” de Louis Armstrong, “You’ll Never Walk Alone” de Gerry & The Pacemakers, “I’ve Gotta Be Me” de Steve Lawrence…
‘Nadie’ es divertida, da la talla con creces y sorprende al ir mucho más allá de un personaje corriente que se ve sobrepasado y se lía a tiros contra el mundo. Es visualmente muy irónica y rebosa de espectaculares momentos de acción. Disfrutable al cien por cien, y recomendable en el mismo porcentaje.
Lo mejor: su trama, la manera de narrarla, su protagonista y las interpretaciones, la acción, y por supuesto ese entrañable punto que aporta Christopher Lloyd.
Lo peor: cuando acaba… aunque si sigue la estela de John Wick, al menos queda la esperanza.
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