La historia sigue a un robot que vive en una tierra post-apocalíptica. Creado para proteger la vida del perro de su creador, enfermo y moribundo (Tom Hanks), el robot aprende sobre el amor, la amistad y el significado de la vida humana… El director Sapochnik es conocido por su trabajo de dirección en 4 episodios de «Game of Thrones», incluyendo «La batalla de los bastardos», que le valió un Emmy como mejor director. Produce el estudio de Robert Zemeckis, ImageMovers.
A estas alturas, nadie con dos dedos de frente cuestiona la capacidad de Tom Hanks para sostener cualquier película, ya sea solo o en compañía de otros.
En ‘Finch’ este genio de la interpretación vuelve a la soledad de ‘Naúfrago’, solo que aquí Wilson es sustituido por un robot y un perrito adorables, y la Isla por un futuro apocalíptico que nos pintan cada vez más negro, desolador y terrible.
En su afán por desmarcarse de otras plataformas que ofrecen contenido a espuertas, Apple TV, sin prisa pero sin pausa, va haciéndose con el nicho del ‘menos es más’, ofreciendo un catálogo reducido, pero de mayor calidad general.
La factura de ‘Finch’, apadrinada por el talento de Robert Zemeckis, Amblin Entertainment y los últimos adelantos tecnológicos, hace que nos creamos a pies juntillas la última y desesperada aventura de Finch, su foto realista robot y su adorable perro por sobrevivir en un mundo que les ha quitado absolutamente todo, salvo un pequeño resquicio de humanidad, amor, amistad y esperanza.
La película, dirigida por el televisivo Miguel Sapochnik, huye de los tan manoseados clichés del cine de negrísimo futuro, mostrando muy claramente los peligros del planeta en modo ‘vais a escarmentar lo que me habéis hecho’, pero apenas esbozando, con acierto, los peligros de una amenaza aún peor: la del ser humano reducido al impulso animal de la supervivencia.
Pero no se engañen.
Pese a la epopeya del trío protagonista, lo emotivo y a ratos entrañable de la aventura y la majestad de Tom Hanks, ‘Finch’ es un auténtico dramón que puede dejar al espectador el ánimo por los suelos.
Sobre todo en estos tiempos donde la Tierra empieza a dar señales claras de estar, con razón, hasta las narices de nosotros, y la ciencia-ficción cada vez parece menos.
Esperemos que, por una vez, estemos por encima de nuestros propios errores, como Finch y sus compañeros en la difícil travesía por el fin, y reinicio, del mundo.
Lo mejor: como suele ser habitual, Tom Hanks.
Lo peor: el cada vez más tenue rayo de esperanza.