En Doctor Strange en el multiverso de la locura, el Universo Cinematográfico de Marvel desbloquea el Multiverso y amplía sus límites como nunca lo había hecho. Viaja a lo desconocido con el Doctor Strange, quien, con ayuda de aliados místicos tanto antiguos como nuevos, atraviesa las alucinantes y peligrosas realidades alternativas del Multiverso para enfrentarse a un nuevo y misterioso adversario.
Dicen por ahí, algunos expertos en verlo todo arder, que Marvel Studios no deja que sus cineastas tengan libertad creativa. Como tantos otros debates, cuando se llevan al terreno de la pasión sin razón, también es tan falso como estéril.
Kevin Feige, ese gurú que ha convertido al MCU en casi la única fuerza motriz actual capaz de llevar al público masivamente a las salas, conoce a la perfección el milmillonario juguete que ha contribuido a crear.
Pero, también, sabe que si quisiera siempre lo mismo, contrataría a cineastas mercenarios con contratos también mercenarios.
Dentro del corsé Marvelita (hay que tener en cuenta a la hora de juzgar una película, entre otras cosas, su contexto) ‘Doctor Strange en el Multiverso de la locura’ es, hasta la fecha, el Blockbuster más bizarro, creativo, barroco y estimulante que ha parido la Casa de las Ideas.
Sam Raimi propone un endiablado viaje lisérgico por el Multiverso, apoyado en el excelente diseño de producción, la portentosa banda sonora del gran Danny Elfman, toneladas de homenajes a su ya dilatada filmografía (aparte del hilarante cameo de Bruce Campbell) y, cómo no, un reparto entregado donde Beneditc Cumberbatch, Elizabeth Olsen, Rachel McAdams, Benedict Wong y la recién llegada Xochitl Gomez brillan especialmente.
La segunda aventura en solitario del Hechicero entronca con el cohesionado universo de Marvel (especial atención a las conexiones directas, y necesarias para entender las motivaciones de la Bruja Escarlata, con la serie ‘Wandavision’), en un viaje dramático con tintes de terror lleno de pérdida, anhelo e infelicidad pero, también, la búsqueda de un futuro mejor donde la redención, la esperanza y el aprender del pasado y dejarlo atrás para construir un futuro, están presentes.
Sin olvidar, por supuesto, que estamos ante una película de la factoría, diseñada para entretener en un tren sin paradas de dos majestuosas horas, donde no falta la acción a raudales, las apariciones estelares y dos escenas finales que nadie debería perderse.
Con sus pros y sus contras, Marvel no defrauda.
‘Doctor Strange en el Multiverso de la locura’ se gana, por derecho propio, su lugar en el top cinco, junto a ‘Capitán América: el soldado de Invierno’, ‘Vengadores: Infinity War’, ‘Guardianes de la Galaxia’ y la fundacional y, por tanto, imprescindible ‘Iron Man’.
Ejemplos claros, todas ellas, de que se puede contribuir con un sello de ‘autor’, sin dislocar la máquina de hacer dinero… y fieles fans.
Lo mejor: se siente distinta.
Lo peor: juzgarla sin tener en cuenta que forma parte de un Imperio muy lucrativo.