En un periodo de relativa calma, los personajes se enfrentan al resurgimiento del mal en la Tierra Media. Desde las profundidades más oscuras de las Montañas Nubladas hasta los majestuosos bosques de Lindon, el impresionante reino insular de Númenor y los confines más lejanos del mapa, estos reinos y personajes esculpirán legados que perdurarán en el tiempo. Serie de TV basada en los libros de J.R.R. Tolkien, ambientada en la Tierra Media, y que explora nuevas líneas argumentales en una época muy anterior a «La comunidad del anillo».
Para aquellos que experimentamos en todo su esplendor la magia de la primera Trilogía de ‘El Señor de los Anillos’, tras haber devorado la obra literaria de Tolkien en la que se basa, y haber sufrido (y también gozado, en ciertos momentos), el retorno a la Tierra Media de la apresurada segunda Trilogía de ‘El Hobbit’, la compra de una porción de los derechos por parte de Amazon, nos dio tanta esperanza como incertidumbre.
En un Siglo como éste, propenso a los extremos, carente de libertad y dominado por el implacable juicio sumarísimo de los Medios Sociales, nos temíamos lo mejor (o lo peor) para la que ya es, sin duda, la Serie con mayor escala hasta la fecha.
En sus dos primeros episodios, ‘El Señor de los Anillos. Los Anillos de Poder’, exhibe un poderío visual inédito en la pequeña pantalla, repleto de imágenes bellísimas, Cgis bien acabados, un diseño de producción que desdibuja la línea que separa la pantalla pequeña de la grande y una banda sonora que mira a las composiciones anteriores, con el tema central de nuevo alumbrado por Howard Shore y el resto compuesto con pericia por el siempre cumplidor Bear McCreary .
Regada con cientos de millones de dólares, y con Juan Antonio Bayona al timón, el show arranca metiéndonos de lleno en la Tierra Media que conocimos (el patrón visual establecido por Peter Jackson, se mantiene casi impoluto), pero siglos antes de los acontecimientos vividos en la dos Trilogías previas.
No cabe la menor duda de que ‘El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder’ luce cada dólar invertido.
Por suerte (y no exenta de algunos fallos, como toda serie, película, novela, obra de teatro etc) tenemos una historia detrás que va mostrando sus cartas, con el contra añadido de no poder contar con lo narrado en el Silmarillion, y ambientar la serie durante la Segunda Edad del Sol.
Dicho esto (obviando críticas destructivas solo basadas en que el protagonismo sea femenino o que tal o cual haya cambiado de color. Se trata de una adaptación de 2022, y los tiempos cambian. Cuanto antes lo asuman ciertos sectores, mejor), la serie cuenta con un reparto muy bien elegido, y un guión que avanza sin prisa pero sin pausa alternando la acción con la construcción de unos personajes (conocidos o no), interesantes.
Así, Morfydd Clark y Robert Aramayo como la poderosa Galadriel y el carismático Elrond, lideran la función, apoyados por un elenco donde también destacan los entrañables y sorprendentes Pelosos (antepasados de nuestros queridos Hobbits), la Princesa Enana Disa, el Príncipe Durin, el Elfo Arondir, el enigmático Extraño y, en general, un elenco entregado a una Serie que (esperemos) es más que una Serie.
Cierto es que algunos diálogos resultan demasiado grandilocuentes sin decir apenas nada. Cierto es que algunas decisiones de vestuario, maquillaje o peluquería son, cuando menos, ‘impactantes’.
No hay nada perfecto, pero sí queda patente la intención de todos los que forman parte de esta serie, de intentar estar a la altura del Legado (tanto literario como, probablemente, cinematográfico) más influyente del género fantástico, y no solo llenarse los bolsillos y aumentar la cuota de suscriptores.
Lo mejor: desdibuja por la vía de los hechos la cada vez más fina línea que separa Televisión de Cine y anima a continuar el viaje por la Tierra Media.
Lo peor: algunos diálogos vacíos de contenido.