A pesar de que películas como 16 CALLES o NEGOCIADOR mantienen vivo el espíritu de ese cine de acción adrenalínico capaz de mantener al espectador bajo presión durante dos horas en una sala de cine, lo cierto es que algo ha perdido el cine (y concretamente en el género de la acción) cuando ya no hace más films de este tipo.
Nuestro recorrido particular comienza en 1982, punto de partida para que Sylvester Stallone sea el ídolo número uno del cine de acción con ACORRALADO. En ella, da vida al mítico John Rambo, que irá eliminando enemigos durante toda la saga en las consecuentes películas sin que este individuo sienta la menor lástima por ellos.
La cinta de Stallone costó poco y recaudó mucho, 47 millones de dólares solo en USA lo que la convirtió en una posibilidad clara de cara a una franquicia por la que Sly cotizaría con alto status. El cine de acción duro, acababa de nacer.
Dos años más tarde y metidos en plena ciencia ficiión aparece TERMINATOR. Una desconocida película recaudaba 38 millones de dólares en USA costando únicamente 6. Swarzenegger, con 177 palabras en el guión, se hacía un hueco en la industria cinematográfica dejando de lado su carrera como modelo austríaco. En ella daba vida a un robot del futuro que debía aniquilar a John Connor. Premisa que se repitiría en una secuela con muchos más efectos especiales e idéntico reparto solo que Arnold se pasaría al bando de los buenos.
En 1986 nacía un policía llamado Cobra interpretado por Stallone otra vez que recaudaba (a pesar de las inefables críticas) 49 millones de dólares en USA y otro tanto en el resto del mundo. Stallone confirmaba su tirón para la taquilla y su capacidad para ser un duro de acción.
Pero la industria se dio cuenta de que era necesario un giro de 180º para que el cine de acción no se volviese monótono y aburrido. Se necesitaba a un héroe capaz de sentir dolor, de no aceptar su papel de héroe… ese debía ser John McClane.
En 1988 unos terroristas comandados por el megalómano Hans Gruber secuestraban la torre Nakatomi de Los Ángeles. John McClane, policía neoyorquino que iba a buscar a su mujer a esa fiesta se encuentra solo, y para colmo, descalzo para combatir con los maleantes. Sin perder el sentido del humor, McClane se irá deshaciendo uno a uno de los terroristas en una película que encumbró a Willis como una estrella. JUNGLA DE CRISTAL es un magnífico divertimento que se pasa en un suspiro, que logró 80 millones de dólares en USA y la convirtió en un éxito incomparable que generó dos secuelas (¡tres ahora!) de igual o parecida calidad.
McTiernan, director de la primera y tercera entrega, repitió éxito con Swarzenegger en la mejor película que este actor tiene n su haber. Nunca arnold ha sudado tanto, sangrado tanto y sufrido tanto como en DEPREDADOR. Si sangra podemos matarlo, decía uno de los soldados a su mando sin saber que el Predator acabaría con su vida minutos después. Ese mismo año Stallone repetía éxito con TANGO & CASH (63 millones de dólares en USA) en el que tenía de compañero de reparto a Kurt Russell, otro duro de la época gracias a las películas de John carpenter.
Sin olvidarnos de que otra saga estaba naciendo, ARMA LETAL con MEl Gibson en plan policía suicida y Danny Glover como el tipo formal encabezaron las taquillas durante cuatro entregas en las que vencieron todo tipo de obstáculos (inclusive ese chino peleón encarnado por Jet Li) y aguantaron estoicamente los chistecitos de Joe Pesci.
1992 es el año de la acción pura y dura. Mientras Willis salvaba a su mujer en un aeropuerto en LA JUNGLA 2: ALERTA ROJA, Van Damme daba el campanazo con SOLDADO UNIVERSAL (36 millones de dólares en USA), su cinta más alabada y conocida. El actor, ha raíz de esto, iría escogiendo cada vez peores papeles y peores guiones entrando en una decadencia de la que aún no ha salido y de la que es difícil que salga. Parecía que el peligro estaba por las nubes con Wesley Snipes salvando pasajeros de un avión en PASAJERO 57 (44 millones de dólares en USA).
Además Steven Seagal veía nacer su saga más fructífera y que abarcó una secuela, ALERTA MAXIMA (83 millones de dólares en USA). En ella daba vida a un exNavy metido a cocinero de tercera en un barco secuestrado por un Tommy Lee Jones con malas intenciones. Se verá obligado a colgar el delantal y repartir sopapos a diestro y siniestro.
Stallone mantenía su imperio como hombre de acción a la vieja usanza con MAXIMO RIESGO (43 millones de dólares en USA) y se ponía a escalar montañas como un cosaco y tras una dosis de Al filo de lo imposible. Pero además participaba en DEMOLITION MAN (58 millones de dólares en USA) donde, a parte de ligarse a Sandra Bullock, se enfrentaba a otro de los machotes del cine: Wesley Snipes. A partir de este film se ponía de moda lo de enfrentar a dos actores conocidos frente a frente en circunstancias insospechadas.
Swarzenegger no se quedaba atrás y reclutaba a James Cameron para MENTIRAS ARRIESGADAS (146 millones de dólares en USA), un film repleto de trepidantes escenas de acción.
En el momento en que los efectos especiales aparecieron, este tipo de cine murió. A pesar de todo películas como 2013: RESCATE EN LOS ANGELES (25 millones de dólares en USA) seguían manteniendo el viejo espíritu de los 80.
La entrada en pantalla de Jerry Bruckheimer propició films que se acercaron a ese espíritu. Con un humor un poco infantil y con inverosímiles escenas de acción, Bruckheimer reclutaba a directores de prestigio o de cierto calibre para realizar sus peripecias pirotécnicas. Además siempre ha contado con actores de gran calibre y conocidos por el público y adulados por la crítica. Así, remakearon la eterna FUGA DE ALCATRAZ para hacer LA ROCA (cuyo tranvía elevado por el fuego perdurará en la memoria) y que fue la sorpresa del verano en estados Unidos recaudando 134 millones de dólares en USA.
Al año siguiente nacía CON AIR, una de las películas más divertidas que uno se puede encontrar en un cine en pleno verano. Como parece que hay filón aéreo entre el público, los guionistas se sacaban de la manga tramas tan absrudas como la de AIR FORCE ONE (172 millones de dólares en USA) pero que si se contaba con Harrison Ford para repartir estopa era suficiente.
1997 puso punto y final a este tipo de cine. Tan solo cabe destacar CARA A CARA como último gran estreno del cine de acción con un enfrentamiento legendario (Cage vs Travolta) que hizo 112 millones de dólares solamente en los Estados Unidos. Un asunto como una venganza de un agente de la CIA contra un terrorista mezclado con la cirugía estética daba pie a una obra maestra del género. Solo añadir que el guión llevaba mucho tiempo dando vueltas por Hollywood y que, en principio, iba a ser una futurista de Stallone contra Swarzenegger.
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