En el París de los años 30, Hugo (Asa Butterfield) un niño huérfano que vive escondido en una estación y se ocupa de arreglar y controlar todos los relojes, se verá envuelto en una misteriosa aventura cuando intente reparar un autómata averiado. Con la ayuda de una chica (Chloë Moretz) poseedora de una misteriosa llave que encaja perfectamente en el autómata, intentará desvelar su secreto.
Cuando uno se aproxima a la última película de Martin Scorsese, no tiene por menos que reconocer el enorme riesgo que ha corrido este magnífico Director, intentando traer a la audiencia de nuestro tiempo la esencia misma del Cine, ahondando en sus raíces desde que los hermanos Lumière concibieron el proyector cinematográfico.
Es ‘La Invención de Hugo’ el retorno del Cine de otra época, sosegado y preciosista, envuelto en un halo de Arte con mayúsculas.
Scorsese aprovecha el excelente guión de John Logan, que a su vez adapta el Libro de Brian Selznick, para adentrarse en los orígenes del Cine, a través del legado del prolífico Georges Méliès, interpretado con su habitual buen hacer por un magnífico Ben Kingsley.
La aventura de Hugo en la estación parisina nos transportará a tiempos pretéritos, alejados de la pirotecnia y el Cine concebido como una Industria que produzca franquicias como churros. Todas y cada una de las piezas que conforman ‘La Invención de Hugo’, desde la omnipresente (y virtuosa) banda sonora de Howard Shore, pasando por el magnífico Diseño de Producción, la fotografía de Robert Richardson o las correctísimas interpretaciones de Asa Butterfield, Chloë Moretz e (incluso), un comedido Sacha Baron Cohen, están ahí para que Scorsese haga su magia.
Este Director maduro y curtido factura una película para todos los públicos, que requiere de la plena implicación del espectador que, de hacerla, quedará plenamente subyugado y fascinado por un Poema de amor al Séptimo Arte como pocas veces hemos visto.
Y que nadie se lleve a engaño. Entre plano y plano de Escuela de Cine Scorsese es capaz de meter todos los lugares comunes de cualquier Blockbuster, e incluso se permite dar una lección a unos cuantos pretendidos maestros sobre el correcto uso de la tecnología 3-d.
El mayor problema que se le puede presentar a ‘La invención de Hugo’ con el gran público, es que no la vivan y respiren desde los compases iniciales de su magnífico prólogo. Si se sube a la aventura desde el inicio, y se ama el Cine y todo lo que éste representa, es imposible que esta joya no les cautive.
Lo mejor: Una película de las de antes.
Lo peor: ¿Está el público preparado para ‘La Invención de Hugo’?.