Val sale de la cárcel tras cumplir 28 años de condena. Doc, su mejor amigo, le espera a la salida para ir a ver a Hirsch, otro viejo colega. A pesar de la edad, los tres gánsteres deciden reanudar esa misma noche su vida de crímenes, drogas y sexo. Sin embargo, Doc tiene que hacer antes un trabajo urgente que le ha encargado el jefe de la banda: debe matar a Val para saldar una cuenta pendiente. El dilema es peliagudo, y dispone de poco tiempo para resolverlo.
Para mí, los viejos rockeros nunca mueren. Ahí están los Rolling Stones para confirmarlo año tras año a pesar de sus achaques de la edad o los AC/DC, o David Beckham en el Paris Saint Germain, o con precedentes cinematográficos recientes como ‘RED’. Por eso, que una película junte a Al Pacino, Christopher Walken y Alan Arkin es motivo de celebración.
Que sí, que están lejos de dar lo mejor que saben hacer, pero a mí esta reunión me sabe a reencuentro de viejos amigos que cuentan batallitas y se lo pasan bien. Me sabe a gente que conoce las limitaciones de su edad y no le importa incluso burlarse de eso (como Schwarzenegger en ‘El Último Desafío’ y en otro estilo).
Por eso, aunque la primera parte del film esté dedicada a la viagra (y búsqueda del gag sencillito) y en la última haya demasiada melancolía (que impregna la fotografía nocturna y nostálgica) como para cuadrar con el inicio agamberrado, me lo he pasado bien y se pasa en un suspiro la última noche que Doc concede a su compadre Val recién salido de la cárcel. No falta, incluso, la mirada a los tiempos actuales dónde se pilotan cochazos que no necesitan llaves para arrancar o el estilo de gánster actual. Hablamos de tipos que tenían códigos y lealtades y no de los matones que hay hoy en día. La vieja escuela… actuando también.
Y no falta, incluso, el momento bailoteo con Al Pacino, para echar una mirada atrás a su carrera y ver lo que ha dado de sí después de ‘Esencia de Mujer’, en una carrera cinematográfica en la que no ha estado muy acertado en estos últimos años. Al menos estos ‘Tipos Legales’ se dejan ver. Será que sarna con gusto no pica.
Lo Mejor: la mirada melancólica de sus tres actores principales.
Lo Peor: que podría estar más trabajada.