Ya han pasado casi dos décadas desde que el norteamericano Jesse y la francesa Celine se conocieron en un tren que les llevaba a Viena. Después de enamorarse perdidamente en el transcurso de una mágica velada en la capital austríaca y de hacerse promesas de difícil cumplimiento, sobre su futuro en común, se reencontraron diez años después, en París, para volver a separarse a las pocas horas. Sin embargo, nueve años después, la pareja se ha consolidado sentimentalmente y ha formado una familia.
Es maravilloso comprobar cómo la Audiencia envejece a la vez que los personajes.
‘Antes del anochecer’ no solo pone el broche de oro a esta historia de amor, sino que lo hace con el mismo estilo y maestría de las dos anteriores entregas.
La cinta de Richard Linklater se convierte en la más adulta y oscura de las tres, pues nos habla de una relación madura y consolidada, con los altibajos que todas las parejas tienen, dotándola de un realismo profundo y penetrante transmitido a la perfección por los excelentes Ethan Hawke y Julie Delpy que, de nuevo, hacen suyos a Jesse y Celine.
‘Antes del anochecer’ actualiza el tono romántico de sus predecesoras, para hablar del camino de una verdadera relación, fraguada en estallidos fugaces a lo largo de los años.
La relación de Celine y Jesse puede ser la de cualquier pareja que, contra viento y marea, pone por encima su amor, unión y conocimiento del otro para saltar todos los obstáculos que la vida les (nos) pone por delante.
Se acabó el cuento de Hadas. El cierre de la trilogía no podía ser más coherente, íntimo e inteligente.
Cuando pasa el subidón, se impone la realidad, y es ahí donde se ve la verdadera dimensión de una pareja.
Tan buena como las anteriores, pero con un punto de profundidad extra que nos calará muy hondo.
Imprescindible para cualquier amante del Amor… y el buen Cine.
Lo mejor: todo.
Lo peor: que no volvamos a ver a Celine y Jesse.
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