Las vanguardias o ismos, como se refiere la bibliografía más antigua, se desarrollaron en Europa durante los primeros años del del siglo XX. Sus inicios suelen estar ligados a movimientos literarios o artísticos con gustos estéticos muy particulares, los cuales se terminan llevando al metraje. En reglas generales, da igual de que hablemos de Cubismo, Expresionismo, Dadaísmo, Surrealismo etc., estéticamente encontramos un punto de conexión en común, la confrontación con el punto de vista más tradicional de la imagen unido a una nueva manera de ver el mundo. Si habláramos de Historia del Arte, empezaríamos nuestro camino en el Cubismo con Picasso, pero sin duda, en cuanto al séptimo arte, debemos abrir el monográfico con el expresionismo.
El expresionismo cinematográfico se gesta en Alemania a partir del año 1905 hasta 1925. La realidad alemana es complicada, abatidos tras la Primera Guerra Mundial, se sienten humillados. Esta situación se palpa en el cine con filmes carentes de objetividad, alejados por completo de la realidad, con mundos totalmente delirantes y deformados. Estéticamente hablando, es un cine duro, además de violento en su forma de usar la imagen, con una gran cantidad de sombras y contraluces. En definitiva, tiene que ver con el caos social que se vive en el país. Alemania, a pesar de ser la gran perdedora de la guerra, vivió una época de explendor en el cine durante los años 20. Es en este momento es cuando aparecen en escena empresarios como Erich Pommer (1889- 1966), uno de los grandes productores de Alemania y cabeza de las dos empresas más importantes: UFA y Bioscop. Pommer vio la posibilidad de trasladar la estética expresionista de la pintura a la pantalla grande, para lo que entra en contacto con algunos de los artistas expresionistas. Fue el responsable directo de ‘El gabinete del Dr. Caligari’ (1919), una de las grandes joyas del cine de vanguardia e igualmente de la aclamada ‘Metrópolis’ de Fritz Lang.
La película fue dirigida por Robert Wiene (1873 – 1939), aunque en principio quien iba a llevarla a cabo era Lang. El guión es realizado por Hans Janowitz y Carl Mayer. Nos introducen en un argumento muy peculiar: en el banco de un parque, Francis y Alan hablan de ir a la ciudad de Holstenwall. Presencian el espectáculo del Dr. Caligari y el sonámbulo Cesare, una actuación ambulante, que paradógicamente se une a un crimen. Un empleado municipal aparece asesinado, el mismo que les había negado del permiso para la exhibición. Alain y su compañeron van a ir a hablar con el Dr. y éste, les indica que Cesare puede responder a cualquier pregunta. La respuesta predice la muerte de Alain al amanecer , y así sucede. Francis no quiere dejar la muerte de su amigo sin resolver. Comienza a investigar junto a su joven novia Jane. Caligari inotiza a Cesare obligándole a realizar su voluntad y éste se niega a matar a la bella Jane. Francis descubrirá que no es un artista ambulante, sino el director de un psiquiátrico que terminará siendo encerrado en el mismo centro.
A través de varias de las escenas de la película, podemos estudiar las principales características del cine expresionista. Ligado al arte de manera irreversible, ya que todos los decorados fueron hechos por pintores como Hermann Warm, Walter Röhrig y Walter Reimann. Su estreno fue en blanco y negro, pero éstos trabajaron con el color muy de cerca, no siendo los decorados muy difrentes a sus cuadros. Escenografías completamente teatralizdas, con una estética completamente irreal que no tiene que ver con el mundo de los sueños, algo que posteriormente veremos en otras grandes obras maestras de la vanguardia (‘Un perro andaluz’), sino que son pesadillas, con actores muy maquillados e interpretaciones muy exageradas.
Las vanguardias fueron para entendidos, inaccesibles para un público no educado, además de ser completamente herméticas. El cine expresionista se basó en los mismos parámetros, siendo un medio más directo a la hora de trasladar los nuevos planteamientos estéticos a las masas. De esta manera, ‘El gabinete del Dr. Caligari’ fue todo un éxito, considerada la primera película expresionista de la historia del cine, dando paso a otros grandes directores alemanes como son Fritz Lang, Georg Wilhelm Pabst y F.W. Murnau.