El Niño y el Compi son dos colegas que casi sin darse cuenta se introducen en el mundo del narcotráfico entre España y Marruecos en el estrecho de Gibraltar. Jesús y Eva son dos policías que llevan dos años tratando de atrapar a los peces gordos de los traficantes que introducen cocaína aprovechando la ruta del hachís. Las historias de todos acaban cruzándose de forma dramática, donde todos descubren que las fronteras entre ambos lados de la ley son más ambiguas y peligrosas de lo que ninguno hubiera pensado.
La última película de Daniel Monzón, director de ‘Celda 211’, ha venido precedida de una enorme campaña publicitaria en televisión y prensa. Y siempre en estos casos se crea un globo de expectación que puede pincharse muy fácilmente al ver la película, si el resultado final no está a la altura de las expectativas creadas. A la vista de las cifras de recaudación, donde en su primer fin de semana ha batido a ‘Ocho apellidos vascos’, ‘Lucy’ o ‘Guardianes de la Galaxia’, la campaña ha sido un éxito.
Estamos ante una película de acción con un buen guión, bastante sólido, que reparte intriga, romance, humor, persecuciones, pero muy bien construido y sin excesos. No sobra ni falta ninguna escena de acción. La trama puede que recuerde a la serie ‘El Príncipe’, también producida por Mediaset, pero parece ser que verdaderamente está basada en la vida de un personaje real, el traficante ceutí Mohamed Taibeb Ahmed, alias El Nene.
Dos historias paralelas. Por un lado, los dos amigos, el Niño (Jesús López), un mecánico con habilidad para pilotar vehículos acuáticos a motor, y el Compi (Jesús Carroza), que se dedican al trapicheo con drogas con la ayuda de Halil (Saed Chatibi), miembro de una banda de traficantes. Por el otro, los dos policías, Jesús (Luis Tosar) y Eva (Bárbara Lennie), obsesionados con atrapar a los cabecillas del tráfico de cocaína a gran escala hacia Europa, muchas veces en contra del criterio de sus superiores.
Especialmente bien están Tosar y Lennie en los papeles de los dos policías protagonistas; mientras que el actor protagonista, Jesús López, es absolutamente inexpresivo, no nos transmite ni miedo, ni emoción, ni alegría, ni nervios…Por otro lado, Jesús Carroza interpreta muy bien el papel de colega bala perdida al que asusta más su novia o su suegro que los gangsters o la policía, con su gracejo andaluz.
Se trata de una trama muy bien documentada, que incluso ha contado con el asesoramiento de un inspector de policía con 27 años de experiencia en la persecución de narcos en el estrecho de Gibraltar. La historia se desarrolla de forma emocionante y verosímil durante los 130 minutos del film hasta la confluencia final de las dos historias, y un desenlace clásico con un giro inesperado, donde los límites entre buenos y malos se desvanecen.
En resumen, una buena película de acción, entretenida y correcta.
Lo mejor: el ritmo de la película y un guión sólido y sin excesos, que entretiene y divierte a partes iguales.
Lo peor: el actor protagonista no transmite absolutamente nada.