En ‘Un viaje de diez metros’, Hassan Kadam (Manish Dayal) es un ingenuo profesional culinario con un paladar insuperable. La familia Kadam, lejos de su India natal y liderados por Papa (Om Puri), se establecen en el pequeño pueblo de Saint-Antonin-Noble-Val en el sur de Francia. Lleno de encanto, tan pintoresco como elegante, es el lugar ideal para establecer su hogar y abrir un restaurante indio, la Maison Mumbai. O eso parece hasta que la fría propietaria de Le Saule Pleureur, un restaurante francés clásico galardonado con una estrella Michelin, regentado por Madame Mallory (la ganadora del Premio de la Academia Helen Mirren) se hace eco de ello. Sus gélidas protestas en contra del nuevo restaurante indio a diez metros de su propio restaurante escalan y acaban en una guerra declarada entre los dos locales. Pero la pasión de Hassan por la haute cuisinefrancesa y por la encantadora segunda chef de Madame Mallory, Marguerite (Charlotte Le Bon), junto con su delicioso y misterioso talento, hace que surja algo mágico combinando ambas culturas y llenando Saint-Antonin de los mejores sabores, algo que incluso Madame Mallory no puede ignorar. Madam Mallory acaba reconociendo el don de Hassan, su rival culinario, como chef y lo convierte en su protegido.
Un viaje de diez metros es una película del reconocido director sueco Lasse Hallström (‘Chocolat’, ‘Querido John’), que en esta ocasión vuelve a adaptar una novela a la gran pantalla como en sus últimas creaciones.
El primer consejo antes de ir a ver esta película es comer, comer bien, porque sino lo hacéis, sin duda disfrutaréis de los increíbles platos que aparecen durante la peli, pero también vuestras tripas os rugirán deseando catar todos ellos.
Aunque el tema no sea novedoso, y más hoy en día, con la cocina de moda tanto en televisión (‘Master chef’, ‘Top Chef’), como en el cine (‘Chef’), no deja de ser un film que nos aporta algo más.
Además de la cocina como el eje principal del argumento, también podréis encontrar una historia con pinceladas dramáticas, un poco de amor y con mucho humor, protagonizado principalmente por la batalla creada entre la increíble Hellen Mirren como Madame Mallory y un sobresaliente Om Puri, como Papa.
‘La comida son recuerdos’ es uno de los mensajes que nos transmite Lasse Hallström, y no puede ser nada más real, seguro que más de una vez un plato os ha recordado a un viaje, a un momento o a una persona, llenando tu cuerpo de mil sensaciones. También nos dice que ‘tu hogar está donde está tu familia’, da igual dónde te lleve la vida siempre que estés con las personas a las que quieres, sino siempre te acaba faltando algo por mucho éxito que consigas.
La historia en sí es entretenida, vemos la evolución de los distintos personajes, en particular la evolución de Madame Mallory, una mujer refinada, arrogante y desconfiada, que poco a poco va mostrando su corazón y no deja de sorprenderte. Aún así la última parte de la película es un poco lenta, un intento de alargar el final de la historia cuando es bastante predecible lo que sucederá.
Lo mejor: la batalla entre Madame Mallory y Papa.
Lo peor: la falta de originalidad.