El dragón Smaug se alza en furia y destroza la Ciudad del Lago. Bardo, uno de los valientes hombres que habitan en ese poblado, mata a Smaug y por fin su pueblo podrá partir en busca de ayuda y oro a la ciudad vecina que el dragón guardaba en La Montaña Solitaria. Dentro del castillo en la montaña, Thorín, Bilbo y la compañía aguardan. El rey Thorín, apoderado por una locura y depravación como consecuencia del ‘encantamiento’ del castillo y el tesoro de éste, mantiene a sus secuaces encerrados tras las puertas. Pero no son los únicos que desean el oro. Una legión de miles de elfos llega a la ciudad para reclamar las gemas blancas de su poblado, una vez robadas antaño. Hombres, elfos y enanos se disponen a luchar entre ellos por el tesoro. Lo que no saben es que algo mucho más grave se está cociendo bajo tierra: Los orcos del norte aparecen en la Montaña Solitaria y les superan en numero y recursos. La historia dará un giro de 180 grados.
Impresionantes efectos especiales. Peter Jackson ha sido capaz de integrar todas las batallas y momentos de desarrollo de la trama en 3D de una forma orgánica e incluso más espectacular que otros largometrajes de acción (como ‘Los Vengadores’, ‘El Corredor del Laberinto’ o ‘Los Guardianes de la Galaxia’, por nombrar unas pocas).
Prácticamente todos los planos han sido diseñados en vistas a las tres dimensiones y a crear un único efecto en el espectador: él ya puede estar en la Tierra Media, él forma parte de la historia.
Desde el punto de vista de la trama, la película es el tercer acto del libro. Las batallas están ocurriendo a la vez que las subtramas y relaciones entre personajes se van desarrollando. Por otra parte Jackson ha incorporado cuatro secuencias que sólo atan cabos y aluden a otras referencias de ‘El Señor de los Anillos’.
Una realización, dirección y edición dignas de mención. Por el contrario, los puntos flacos son de historia y diálogo principalmente, simplemente es difícil mantener 3 horas de película a base de pugnas. Los diálogos, sobre todo los de las tramas románticas, son demasiado explícitos. Además, el director intenta meter tantos personajes que la evolución de relaciones interpersonales y motivaciones de éstos se quedan fuera, aunque eso era de esperar.
Hay que comentar ciertos parches que Peter Jackson ha puesto porque su propósito es relacionar todo el Universo Tolkien, sin embargo, estas conexiones están hechas de una forma algo forzosa en ocasiones.
Lo mejor: la experiencia en 3D. La relación entre Bilbo y Thorin. Un largo plano de la conversación de paz entre Thorin y Bardo (líder de los humanos) a través de la grieta en la fortaleza.
Lo peor: la locura del rey Thorin y su revelación forzosa que le hace cambiar.