A menos de dos semanas de su boda, Doug (Josh Gad) no encuentra testigos para su compromiso. Simplemente se da cuenta de que no tiene amigos a quien invitar. Cosas del destino, al final confiará en Jimmy Callahan (Kevin Hart), director de El Gurú de las Bodas, S.A. Esta empresa le proporcionará un grupo de ‘freakies profesionales’ que le acompañarán durante la celebración.
Todos conocemos ya este tipo de historias macabras que únicamente sirven para ponerlas en casa con amigos. Esas en las que, a los treinta minutos de película, nuestro cerebro desconecta para charlar con el de al lado.
Lo cierto es que, sorprendentemente, ‘El Gurú de las Bodas’ se desmarca un poco en el clímax final, esos típicos momentos hollywoodenses tan ‘amados’ por todos. Este hecho hace que volvamos a reconectar en la resolución, pues si bien es cierto que, a pesar del surrealismo del metraje en situaciones inverosímiles y absurdas, el final cobra un tono extremamdamente honesto con el que todos nos sentimos identificados.
Nada más te puedes esperar de un largometraje de este tipo. Hay que reírse de todo y el guión lo hace sin tapujo alguno. Vanagloria a los violadores, ensalza a los inútiles, idolatra a las putas, se mofa de los gordos y de las mujeres en general; y hasta pegan palizas a viejos en una larga secuencia.
Con esto se puede ver que es, verdaderamente, una película sobre Neandertales que hablan de sus genitales (y de los del prójimo) constantemente. Si bien ese es plato de buen gusto, pues que aproveche, pero os aseguro que esto es de serie B, que hay mejores comedias que ver con los ‘colegas’.
Personajes absurdos, en situaciones demasiado disparatadas desde el principio, este aspecto hace que se ralentice el ritmo de la historia, que el hilo narrativo pierda su tensión a medida que los minutos pasan.
Podemos conocer a Doug y al Gurú de las Bodas a lo largo de la película, aunque siempre de una forma demasiado explícita por medio de diálogos. Son dos tíos extraviados en el mundo, gente que ha perdido su identidad y que no sabe nada del verdadero significado de la amistad. De esta forma se toca el tema principal: ‘La verdadera amistad no es como haces sentir al otro, es cómo te hace el otro sentir a ti como persona’ (profunda y cristalina frase literal del clímax).
En resumen: en este relato no hay subtexto ni sugerencia alguna, ni siquiera en las bromas. Es una bromedy demasiado plana, que toca temas superfluamente y sólo busca la risa fácil, el no pensar en absoluto y el promover los momentos de fiesta como idea global de ‘amistad’. Eso es lo que transmite, por medio de la acción, de acuerdo al tema de la película (los diálogos son otra cosa).
Lo mejor: el rapto de Doug, ese momento en que le tiran a la cuneta de una camioneta.
Lo peor: los momentos sexistas de la película y el número de veces en que dicen ‘polla’ y ‘polvo’ para hacer gracia, o algo así.