USA, años 20. En tiempos de crisis, los hermanos Bondurant han conseguido levantar un negocio próspero: la manufactura y distribución de alcohol. Todo parece ir sobre ruedas pero el Agente Especial Rakes de Chicago llega a la ciudad para terminar con el contrabando. La ley seca comienza y pondrá a prueba todo lo que los hermanos han construido. Aún así, los Bondurant no pueden permitir inclinarse ante nadie.
John Hillcoat, el director de ‘The Road’, nos ofrece este western de gangsters cuanto menos peculiar. Se han hecho muchas películas sobre Los Sangrientos Años 20 y La Ley Seca en la ciudad, pero casi nadie se había centrado en relatar lo que acontecía en los pequeños pueblos.
Desde este punto de vista, ‘Lawless’ posee una interesante premisa dramática, mostrando así cómo era la vida para ellos, los porqués de sus acciones o cómo distribuían y producían el cáliz prohibido.
En este largometraje, ausente de glamour, no vemos a Capone, aunque tenemos a Floyd Banner, un personaje similar plasmado de una forma algo más realista e interpretado por Gary Oldman.
El resto de la historia trata de los hermanos evadiendo la amenaza que mandan al pueblo desde Chicago: un detective (o así lo llaman, pues realmente es un matón) que tiene por misión la destrucción del tinglado que estos pacíficos hermanos tienen montado.
En general, el desarrollo de los personajes es coherente, los más interesantes son los de Shia LaBeouf y Tom Hardy, aunque siguen cayendo en el estereotipo pretendido en esta película de acción.
A pesar de todo, la relación entre los dos es interesante y muy humana a la vez. Un buen contraste creado entre el hermano líder y el hermano pequeño e indefenso que busca respeto y forjarse como héroe con sus habilidades (bastante diferentes a las de sus hermanos que piensan que sólo hay una forma de hacer las cosas).
Por otra parte tenemos una interpretación de Jessica Chastain algo ‘encasillada’: típica prostituta que huye de la ciudad para empezar de cero con una vida digna; y un tercer hermano agresivo y colérico, personificado por Jason Clark.
En último lugar, Guy Pearce da vida a un ‘afeminado detective matón’. Rakes no se contenta con detener a los narcotraficantes, sino que prefiere ‘cargárselos’, también es un obsesivo de la limpieza a pesar de las sangrías que deja en el camino. Nada impresionante, algo exagerado, pero es que este es el tono buscado por el director, que a su vez le da algo de originalidad a la cosa.
‘Lawless’ (‘Sin Ley’) es un metraje que definitivamente tiene algo que le ensalza ligeramente con respecto al resto de películas comerciales típicas de Hollywood, aunque no llega a ser imprescindible para una filmoteca.
En general, la historia es ‘suficiente’, los temas tratados son pobres, la estética está muy cuidada, el tono de comedia es entretenido y las interpretaciones son más que pasables, aunque podrían haber llegado a grados brillantes considerando el reparto.
Lo mejor: el galanteo de Shia LaBeouf y la chica que le gusta, la escena en la parroquia.
Lo peor: la actuación de Guy Pearce. Como cualquier payaso, provoca la risa en todo momento, pero no intimida lo más mínimo. Si es la intención, y esto es pura comedia, la película debería durar 90 minutos.