Peter Devereaux es un agente de la CIA extremadamente peligroso y altamente entrenado, que es persuadido para salir de su tranquilo retiro para realizar una misión muy personal. Debe proteger a una testigo muy valiosa, Alice Fournier, que podría revelar la verdad detrás de un antiguo caso de conspiración. Pronto descubre que esta misión le convierte en el objetivo de su antiguo amigo y protegido en la CIA, David Mason. Con crecientes sospechas de la presencia de un infiltrado en la agencia, no hay nadie en quien Devereaux pueda confiar, nadie en absoluto.
‘La conspiración de Noviembre’ o deberíamos decir la ‘La constipación de noviembre’, pues se les ha atascado un poco la historia e incluso el título juega un papel irrelevante en función de intentar darle a la película, en apariencia, rasgos de sofisticación.
El espionaje siempre ha sido un jugoso plato para el cineasta. Esta película no pretende ser ni un James Bond 16 ni un thriller con semantemas correlacionados al más puro estilo David Fincher (por nombrar a alguien). Simplemente el argumento roza la vulgaridad del género de espionaje, no tiene nada nuevo que ofrecer, y si realizas una historia de este tipo, a lo mejor habría sido mejor haber acabado con un Caso Bourne, con algo más simple y con cierto humor que de agilidad a la narrativa.
Así mismo, lo acontecido con el caso ‘La conspiración de noviembre’ es un error cometido por la productora, invirtiendo un generoso presupuesto en un largometraje de este calibre que por los diálogos podría ser una tv-movie a nivel de estudio de Hollywood.
Intentando ser algo más generosos en la crítica, la interpretación no es sublime, pero sí es digno resaltar el trabajo de Olga Kurylenko y Luke Breacey, que por lo menos hacen que la película ‘respire’ un poco y sea más amena. Realmente crean cierta compasión y dimensión, para darle algo de interés al asunto.
Otros puntos a tocar: ¿por qué esa máquina de matar rusa no actúa como es debido y como nos la habían mostrado desde el principio? ¿Cómo es que Brosnan sabe tanto y encuentra lo que quiere tan rápido? ¿cómo han podido hacer un viaje de USA a Rusia en tan poco tiempo?
Estas son tan sólo algunas cuestiones lógicas por las que el guión está cogido con pinzas, cosa que no favorece nada al género, sobre todo si están intentando hacer un thriller de espionaje más serio.
En resumen: una historia floja y una serie de elementos presentados de una forma llamativa sin mucho contenido que pretenden mostrar algo que no es, que hacen que esto parezca que la macroproductora está jugando a la ruleta rusa a ver si atinan.
Lo mejor: la banda sonora del principio y en algunas partes del metraje.
Lo peor: la sensación que tiene el espectador al sentir que le están ‘intentando verder’ todo lo que está de moda ahora mismo y metérselo con calzador. Seguro que más de uno quiere el macro dron que sale en una larga secuencia al principio.
Pierce Brosnan tiene un pasado, al igual que sus otros compañeros actores que encarnaron a James Bond… ¿queréis saber qué fue de ellos tras 007? Pues nuestros amigos de Paramount Channel nos lo cuentan.