Por Ana Belén Pacheco:
Hay dos cosas que dan ganas de vomitar de esta película:
1.– El movimiento de cámara continuo y esquizofrénico
2.– el título traducido al español.
Coverfield se ha ideado para ser el “Godzilla” americano. Y ha dado de que hablar desde la filmación hasta la apuesta publicitaria de su creador J. J. Abrams, un tipo muy listo que es capaz de envolver para regalo Alias, Lost o esta cinta de monstruo que invade Manhattan. La verdad es que si hay algo digno de mención es sin duda su promoción en Internet (y si se unen todos los cortes que han colgado prácticamente podrías ahorrarte ir al cine).
Empieza inmejorablemente con un corte indicando que la grabación es propiedad del Ejercito y responde al nombre de Cloverfield, título americano, y se grabó en la zona “antes conocida como Central Park” , eso para que te hagas a la idea de cómo queda todo de destrozadito.
Un grupo de amiguetes hacen una fiesta de despedida para uno de ellos. Graban un video recuerdo durante la celebración que acaba convirtiéndose en una especie de diario de lo que hacen cuando algo empieza a destruir la ciudad. Los primeros 20 minutos son absolutamente soporíferos y aburridos (eso si no te mareas y decides salir del cine directamente). Y si la cinta dura poco más de hora y diez minutos es ya una buena parte del metraje que te deja prácticamente frío. Entre esas imágenes se puede ver la grabación que tenía el propietario legítimo de la cámara justo antes de grabar sobre ella.
Si, muchos podrán pensar que se parece a [Rec] pero sólo en la imposibilidad del filmante en dar a Stop y huir como es debido. Otros querrán ver un reflejo de película de monstruo a la antigua usanza… si, con ella comparte la tontería de sus protagonistas en empeñarse en ir en dirección contraria como si fueran héroes americanos. Y también es inevitable acordarse de El Proyecto de la Bruja de Blair tanto en promoción como en la idea general.
Cloverfield podía haber sido hasta divertida pero se lo toma muy enserio (algo así como explotar el humor negro de The Host la hubiese mejorado). Un rodaje supersecreto, los guiones impresos en rojo para que no los fotocopiaran y filtraran (¡cómo si tuviera guión!) y unos efectos especiales la mar de divertidos. Pero al final se queda en agua de borrajas y enlaza los tópicos de cualquier película de terror.
Las ideas que lanza pueden ser incluso interesantes y su pretensión de ser una metáfora del terror ante sucesos como el 11 S es simplemente parte de uan promoción conjugada para llenar las salas, lo que por cierto está haciendo con bastante éxito.
Un petardo en toda regla. ¡Ah! Atención porque en los títulos de crédito hay pistas que conducen a la secuela, posiblemente inminente, de la cinta.
Por Jose Luís Serrano García:
Tras ver Monstruoso (Cloverfield, estos traductores…) uno se puede encontrar con la sensación que perfectamente ha descrito mi compañera: tener un mareo de narices. Pero señores, si sabemos que Montruoso parte de la idea de hacer una película con bicharraco cámara en mano, lógicamente cuando el tío de la cámara corra, todo se va a menear cosa mala (nadie tiene tan buen pulso). ¿Desventajas? Claro, ¿Ventajas? Tener la sensación de estar allí, y eso es un lujo.
Si se dejan llevar por las sensaciones más que por la historia en sí, no me negarán que Monstruoso es una auténtica gozada. Una experiencia que se debe realizar. La pelicula de Reeves te ata a la butaca tras un inicio poco prometedor, pero en cuanto sucede el primer rugido no hay un solo parón. No puede haber un solo parón.
Además hay un par de escenas que son capaces de cortar el aliento. La primera a la que me refiero es a la muerte de uno de los personajes de la fiesta. Muy bien rodada donde se infunde el terror sin mostrarnos nada. La segunda ocurre cuando los protagonistas van por el metro. No voy a desvelar nada, simplemente mantegan la atención.
Sin ser la pera limonera, MONSTRUOSO es un entretenimiento cien por cien, donde saldrán del cine con la adrenalina a tope. No busquen más, no se hagan una idea equivocada y tampoco piensen en ver una obra maestra. Es un gran divertimento que les mantendrá atentos a la pantalla. Ojo a la escena final por que hay una clave escondida que se puede pasar por alto. JJ Abrahams, eres un genio.